Con la realización de esta práctica he intentado expresar a máximo mis sentimientos y mis impresiones sobre hechos que han marcado mi vida negativa y positivamente.
Con los ojos cerrados, he intentado pensar en dichas experiencias, y la primera imagen que me ha venido a la mente es lo que he intentado plasmar.
Con la emoción positiva, la primera vez que me subí a un escenario, he intentado representar una explosión de sentimientos, de alegría, y de sensaciones intensas, utilizando para ello colores que expresen alegría y positividad como son el naranja y el amarillo, y otros como el verde o el azul que trasmiten bienestar, buen estado de ánimo, y de humor.
Por el contrario, con la experiencia negativa he intentado expresar el dolor y el sufrimiento que provocó la muerte del que fue más que un amigo para mí, utilizando para ello colores que trasmiten dolor como el negro, y otros como el rojo que provocan tensión nerviosismo…
En el aula, esta actividad sería de gran importancia, pues es un método libre de expresar sentimientos, de hacer que los niños dejen fluir sus impresiones libremente, dando así lugar a la creatividad.
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